¿Qué es el ángulo de apertura de una lámpara?


Uno de los parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una luminaria es su ángulo de apertura. Este parámetro indica si el haz de luz se concentra en un área reducida o si por el contrario se dispersa cubriendo un área mayor.

Como podemos ver en la imagen superior, las lámparas con un ángulo de apertura menor a 60º focalizan la luz en áreas pequeñas. Esto puede resultar útil para iluminar zonas concretas (zonas de trabajo, escaparates, cuadros, espejos, escritorios…). El ejemplo más habitual de estas luminarias son los focos de carril y las lámparas dicroicas.

Los ángulos de apertura situados entre 60º y 120º son los considerados de propósito general, siendo los más habituales para estancias el hogar, zonas de pública concurrencia, oficinas, alumbrado vial….). Un ejemplo de esto pueden ser los paneles LED o los proyectores para exterior.

Por último, tenemos las luminarias con ángulos de apertura superiores a 120º, también llamadas de gran angular. En estos casos, la luz se dispersa en todas direcciones, primando el iluminar la mayor área posible (a costa de reducir la luminosidad en un punto concreto). Un ejemplo de estas luces son las bombillas esféricas tradicionales, o los downlights y plafones que incorporan lentes cóncavas.

Por otro lado, cabe destacar que las luminarias se pueden clasificar en simétricas o asimétricas dependiendo de como se distribuya el haz de luz en torno a su eje. Las lámparas mencionadas en los párrafos anteriores suelen ser simétricas, mientras que el ejemplo más habitual de lámparas asimétricas son los tubos LED.


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